¿Dónde se encuentra la clave para lograr la efectividad organizacional?

¿Dónde se encuentra la clave para lograr la efectividad organizacional?

Cada una de ella y otras muchas han dado una respuesta parcial a la cuestión que hoy nos ocupa: ¿cómo lograr la efectividad organizacional?

Hasta hace unos años se pensaba que la respuesta estaba en la implementación de una sofisticada tecnología, Esta trascendía no sólo a maquinamientos, y desafortunadamente también, a nivel de personas. De tal manera que a través de lemas como: “ser el mejor”, “el más grande”, “el número uno”, se inducía a la persona a un comportamiento mecanizado, descorporeizado y sin alma, donde lo único que importaba eran los resultados a cualquier precio. Todo esto avalado incluso por medio de programas de capacitación para lograr tal efecto. La era de la técnica por sí sola tiende a desaparecer por fortuna.

Posteriormente vinieron los programas de cambio actitudinal, “la gran aventura”. “la palabra mágica”… que también en su momento respondieron a una necesidad, la de promover un cambio más profundo en las personas, para lograr la optimización de recursos y la maximización de resultados.

Sin embargo, hoy por hoy, ni la técnica por sí misma, ni la actitud por sí sola, son capaces de responder de una manera integral y efectiva a los retos que enfrentan las organizaciones es estos momentos.

En este momento histórico que nos ha tocado en suerte vivir, es esta época multi e interdisciplinaria, internacionalista e integradora, urge buscar, ya no fuera, sino cavar en lo más profundo de nuestro propio ser, donde encontraremos el torrente insospechado de energía inagotable que saciará nuestra sed y será capaz de lanzarnos hacia el infinito, hacia una verdadera, permanente y ascendente dinámica de integración organizacional superior, mediante una constante actualización de la motivación organizacional radiante que inunde y contagie de positivismo productivo a todo lo que nos rodea.

Pero ¿cómo cristalizar este sueño?

Ya no más a través del tener, ni del parecer; caretas de la irrealidad humana, sino profundizando hacia el centro de nuestro SER, en sintonía con el verdadero SER, fuente nuclear y esencia misma del hombre. Donde los valores universales (verdad, bondad, belleza y utilidad) tienen su sede y de donde emana energía a raudales tristemente desaprovechada.

Por lo tanto hoy por hoy la calidad total, y la verdadera excelencia ya no hay que buscarlas; las hemos encontrado dentro de las profundidades de nuestro SER, basta tomar conciencia de esta realidad, sacarlas a la superficie e irradiarlas.

Ayer se hablaba de tres grandes metas dentro de las organizaciones: producción, integración y moral (en este orden). Hoy este orden hemos tenido que modificarlo pues por experiencias sabemos que las metas de integración y producción son solo una consecuencia de la moral organizacional, entendida ésta como el grado de satisfacción de los integrantes de una empresa.
Esta comprobado que cuando existe una lata moral en los trabajadores de una empresa hay inclusive cambios bioquímicos en el organismo, concretamente segregación de endorfinas (narcóticos naturales y benéficos para la salud integral del ser humano) cuando éste realiza su trabajo con entusiasmo.

Fuentes: Ramos S. José Ramón y Galván Angélica C. Competitividad Empresarial Siglo XXI.
Rupert Eales – White. Cómo ser mejor formando equipos de trabajo. Panorama Editorial.